En las alegaciones se solicita el archivo de las sanciones, dado que los hechos relatados no son de modo alguno ciertos. Alegan no generar desórdenes públicos ni que se insultara a ninguna personalidad ni a los agentes actuantes. Los acusados inciden en que fueron identificados en calles aledañas a la calle D. Jaime cuando acudían a una concentración ciudadana de marcado carácter reivindicativo. Describen que no tienen constancia de que ocurriesen desórdenes públicos ya que la concentración se desarrolló en todo momento pacíficamente en el lugar marcado por los propios efectivos policiales, una acera de la calle D. Jaime sin que se interrumpiese el tráfico rodado.
“Critican a la administración por pretender sancionar la participación en un acto reivindicativo, que no sería más que el ejercicio de su derecho a la libertad de reunión del artículo 21 de la constitución española, con la de causar desórdenes en la vía pública, que de ningún modo se ocasionaron”
Los afectados, jardineros de FCC y personas que apoyaron las reivindicaciones de los trabajadores, acuerdan mantener una reunión a principios del mes de septiembre para tomar las medidas que consideren oportunas ante lo que califican de “atentado contra los derechos de libertad de manifestación y reunión”.
Acuerdan también, para el mes de septiembre, ponerse en contacto con personas y colectivos afectados por hechos similares, así como con diferentes organizaciones y colectivos de derechos civiles y sociales de Zaragoza, para analizar conjuntamente la campaña de criminalización iniciada por el delegado del gobierno.
Varias personas han comenzado a recopilar datos fotográficos y documentales, así como testigos presenciales que prueben la falsedad de las acusaciones vertidas por la delegación del gobierno. “Fotos de la prensa, vecinos de las calles cercanas a los hechos, fotografías de diferentes personas que se pudieran realizar ese mismo día, en sí documentos que presentarán como prueba en su momento” “documentos y testimonios que puedan probar que en ningún momento hubo desórdenes públicos y que las identificaciones fueron en otros lugares antes de comenzar la concentración”

Los afectados entienden, por tanto, que estas sanciones solo pueden considerarse como una forma de intentar coartar y reprimir las reivindicaciones sociales y laborales de la clase trabajadora, un nuevo ataque al libre ejercicio de la libertad de expresión y reunión. Un acto más de la campaña de criminalización contra la protesta social y laboral que el partido popular viene realizando en esta ciudad por medio de su delegado del gobierno