El ahorro en los servicios de limpieza y mantenimiento de la capital acaba con 230 trabajadores en la calle. La mayoría no percibe ni indemnización por despido ni paro

El anunciado supercontrato en los servicios de limpieza y mantenimiento de la ciudad, la medida estelar del Ayuntamiento con la que supuestamente se reducirán costes a los madrileños, ya ha tenido sus primeras consecuencias. Unos 230 trabajadores se han quedado en la calle desde que entró en vigor el 1 de agosto.
Algunos han sido despedidos y otros, la mayoría, no han sido admitidos por las nuevas empresas que han obtenido los contratos. El Ayuntamiento se había comprometido en varias ocasiones a velar por los trabajadores y había asegurado que hablaría con las empresas para que estas aceptaran a los empleados, algunos de los cuales llevan trabajando más de 25 años en los servicios municipales. Los responsables del Consistorio también habían criticado por agoreros a los miembros de la oposición que habían alertado sobre los posibles despidos.
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