El 17 de agosto de 1944 (con 33 años), los nazis asesinaban, quemaban vivo, a Francisco Ponzán Vidal, activo militante de la CNT, creador e integrante destacado de la Red que llevó su nombre, que liberó a través del sur del Estado francés a miles de judíos y resistentes, aliados ingleses, belgas, etc., del poder de la Gestapo y de una muerte más que segura.
Atrás quedaba una vida dedicada a la libertad, oscense, maestro, resistente de primera hora al golpe militar, miembro del primer “Gobierno Autónomo” de Aragón: el Consejo de Defensa (del que pocos aragoneses conocen su existencia), resistencia francesa, creación de la red…
Asesinado dos días antes de que guerrilleros españoles y las FFI (Fuerzas Francesas del Interior) liberasen Toulouse. La Gestapo le tenía tanto odio que aún sabiéndose derrotados no quisieron dejarlo vivo.
Fue tanta su importancia que recibió a título póstumo el reconocimiento expreso del Gobierno inglés y el del Congreso de los EEUU aunque a él lo que le importaba era la libertad de España y volver a su Altoaragón.
Si hubiese sido estadounidense, inglés o francés se habrían hecho ya varias superproducciones, series, documentales, etc. de su vida y la de sus compañeras y compañeros y no habría niño o niña de 10 años que no lo conociese… pero era aragonés, anarcosindicalista y antifranquista.
Bueno sería que cuando paseásemos, alguna alameda en Aragón, recordase su memoria y al interrogarnos quién fue descubriésemos una existencia, como muchas otras, tan interesante, valiosa e ignorada. Como sí ocurre en Toulouse, donde en el Museo de la Resistencia o en una pequeña alameda en el parque Compans Caffarelli se le recuerda. ¿Hasta cuando seguiremos desconociendo nuestro mejor pasado?