Lugo continuará sufriendo la huelga de basura -ya van 46 días- después de que ayer tuviese lugar la enésima negociación frustrada. El encuentro entre Urbaser, trabajadores y el mediador se presentaba ya sin demasiados visos de acuerdo, porque ambas partes partían de condicionantes, a priori, incompatibles entre ellos. Pero el resultado fue aún más desalentador, pues ni siquiera se llegó a negociar sobre aspectos como la retirada de las sanciones y los despidos o el cese de la huelga. Después de tres horas de reunión, las partes quedaron emplazadas a un nuevo encuentro la semana que viene. Desde la empresa mostraron su «estupefacción total» por el comportamiento del comité. La postura inicial de Urbaser había sido negociar el convenio colectivo y luego todo lo demás (despidos, sanciones...). Tras exponer su propuesta, relatan que la parte sindical -tal y como ya había anunciado- señaló que no entraría a negociar los detalles del convenio si antes no se cumplían la anulación de los despidos y de las sanciones.
Además de este punto, los trabajadores expusieron otras tres condiciones: la subida del IPC, la consolidación de los polémicos 600 euros y que el 100% de las vacantes que queden por jubilaciones y bajas en los contratos fijos a tiempo completo sean cubiertas por personal fijo de fin de semana.
Desde la empresa señalan que estas pretensiones suponen una vuelta atrás en el proceso negociador y que incluso van más allá de las competencias de Urbaser. Explican que esto supondría una modificación sustancial del contrato que la empresa tiene firmado con el propio Concello y, por tanto, depende de la Administración adoptarlo o no. De hecho, el Ayuntamiento se reunirá el lunes (antes del nuevo encuentro entre las partes) con trabajadores y empresa para estudiar una posible reorganización del servicio con las modificaciones de la plantilla que se planteen, pero siempre que ello no suponga un incremento en el coste del contrato.