Unas 200 personas se concentraron ayer a las puertas de la estación de Delicias de Zaragoza --no se les permitió la entrada al recinto--, para protestar contra los recortes que Fomento prevé en los trenes regionales y de media distancia, y por las consiguientes afecciones laborales que encierran los planes del ministerio, entre los que también se cuenta la segregación de Renfe y Adif.
La movilización se produjo mientras, en Madrid, el secretario de Estado de Infraestructuras, Rafael Catalá, decía que el Gobierno no va a eliminar trayectos de tren, sino racionalizar servicios. En línea con el argumentario que Fomento ha ofrecido desde que el pasado mes de diciembre hizo públicas sus intenciones, Catalá manifestó que "el principio de movilidad y de la garantía de la conectividad de los ciudadanos está asegurado". El número 2 del ministerio admitió, sin embargo, que se está "intentando abordar y determinar qué servicios son de verdad demandados por los ciudadanos y cuáles debe ser financiados por ellos".
Andrés Álvarez, secretario de Acción Sindical del Sector Ferroviario en CGT, advirtió de que "solo con la supresión de los 799 servicios prevista para julio, pueden irse a la calle 79 personas de las plantillas consolidadas". Los concentrados pidieron asimismo "el acceso al ferrocarril público de todos los ciudadanos, en especial de los pequeñas poblaciones" y que no se prime la alta velocidad. Por eso, Garrido pidió al ministerio que "reflexione", porque "lo contrario supone una discriminación, sobre todo para el medio rural".
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