A partir del 2016, el Ayuntamiento de Zaragoza podrá sancionar a los dueños de los perros que no recojan los excrementos de sus mascotas de la vía pública o los parques gracias al ADN de los mismos. Será una muestra infalible que identificará al autor de las deposiciones y al responsable de que estas permanezcan en aceras o jardines de la ciudad. Y además un requisito indispensable para tener regularizada la situación del animal, ya que el consistorio modificará su ordenanza municipal para que una muestra de ADN del perro sea tan obligatorio como el chip que se les impone con la legislación autonómica. Así que en "unos seis meses" podría estar vigente y conceder tres meses más para adaptarse a la normativa, para que se vayan incorporando las 35.000 mascotas que hay en la capital aragonesa a una base de datos que coordinará, mediante convenio, la Universidad de Zaragoza. Esta, además, se ocupará del análisis genético que se extraiga de las heces para identificar al infractor, a un coste que se amortizará con el pago de la multa. Esta es solo una de las ventajas de la medida que se decidió ayer impulsar, por unanimidad, en el Consejo Sectorial de Protección Animal de Zaragoza, más centrada en erradicar otra lacra de la sociedad como es el abandono y el maltrato de los animales. Y es que un denominador común de los casos que se registran en la ciudad, unos 2.000 el año pasado, es que a estas mascota se les arranca de debajo de la piel el chip obligatorio por ley con el que se le identifica. Para no dejar rastro y a costa de la integridad de los canes.