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El pasado 1º de mayo, durante la última huelga de los trabajadores de FCC parques y jardines, un grupo de personas fue identificado de modo indiscriminado por parte de la Policía Nacional a su paso por la calle Don Jaime. La tensión creciente ante una huelga que acabaría por extenderse durante treinta días, así como el temor a posibles concentraciones frente al domicilio del número dos del consistorio zaragozano y último responsable del conflicto, Fernando Gimeno, llevaron a una actuación policial desmedida.
Hasta la fecha, más de una veintena de las personas identificadas ha sido acusada de “desórdenes públicos” por parte de la Delegación de Gobierno. Sin embargo, en ningún momento se produjeron tales desórdenes, los manifestantes protagonizaron un acto pacífico de protesta en el que ejercieron su derecho a la libertad de expresión. Ni siquiera se cortó el tráfico. Es más, el mismo Fernando Gimeno expresaba públicamente al día siguiente del acto que el asunto carecía de importancia.
La Delegación de Gobierno vuelve a protagonizar así la vulneración del derecho a la libertad de expresión. De nuevo, los responsables directos e indirectos de la crisis económica y los que se benefician de ella, de la precarización laboral, de los recortes sociales o de las privatizaciones de los servicios públicos buscan acallar las protestas mediante su criminalización. Como ya ocurrió hace unos meses con las protestas de STOP-Desahucios o de Antonio Aramayona, la respuesta del delegado de Gobierno en Aragón, Gustavo Alcalde, es una vez más la represión.
Por ello, exigimos la dimisión del delegado de Gobierno y la liquidación de los procesos abiertos a cuantos ejerzan su derecho a la protesta.

¡NO A LA CRIMINALIZACIÓN DE LA LUCHA OBRERA!

¡NO A LA CRIMINALIZACIÓN DE LA PROTESTA!

¡GUSTAVO ALCALDE, DIMISIÓN!