La magistrada del Juzgado de Instrucción número 10 de Zaragoza dictó ayer, de viva voz, una sentencia absolutoria para los dos jóvenes militantes del sindicato CGT a los que la Policía detuvo la madrugada del 14 de noviembre del año pasado, última jornada de huelga general, acusados de haber inutilizado con silicona las puertas de más de una veintena de sucursales bancarias y de comercios en las inmediaciones de la avenida de Madrid.Los dos jóvenes estaban citados ayer para sentarse en el banquillo del Juzgado de Instrucción número 10 como denunciados por daños. Sin embargo, el plenario que acabó con su absolución fue un juicio de ausencias: los acusados no comparecieron porque están de viaje  --eso no impide celebrar un juicio de faltas--; la magistrada impidió a su abogado, Ramón Campos, subirse al estrado porque ellos no le habían designado directamente; y el grueso de las supuestas víctimas --todas menos una-- tampoco asistieron porque no reclamaban ninguna indemnización por los hechos no pedían castigar a los presuntos autores.

La única persona que declaró, en este caso como testigo, fue una trabajadora de un comercio de la avenida de Madrid que insistió en que "yo en ningún momento he reclamado nada" y en que "casi seguro que (el desperfecto) está cubierto por el seguro". La representante de la Fiscalía pidió la absolución de los denunciados en aplicación de los principios de intervención mínima del derecho penal y de presunción de inocencia. "No queda acreditado que causaran los daños", señaló.