LA HIJA DEL JARDINERO

La plantilla de FCC Parques y Jardines de Zaragoza en huelga desde el 24 de abril.
He de reconocer que, a veces, no entiendo a mi padre. Será normal supongo, dada la edad que tengo –catorce años son muchos años-. Dependiendo del momento creo que es un frikio una excepción en este mundo loco. Cuando se lo digo, él me dice que en todo caso es un “multifriki”. Dice que nos va bien, comparado con lo mal que lo están pasando otras personas, pero no es conformado. “Se me haría difícil vivir si, en el futuro, me reprocharas que había sido un pasota; no podré arreglar el mundo pero que no quede por mí”, me dice.
A menudo habla de la pasividad con la reforma laboral: “Llamaríamos a la policía y nos pondríamos como fieras si intentaran robarnos en casa y, sin embargo, nos quitan dinero de la nómina y los trabajadores ni nos inmutamos”, refunfuña. También habla de lo harto que está de los políticos -a pesar de que dice que son personas como los fontaneros, albañiles o abogados y que no todos son iguales-. Noto cómo quiere convencerme de la utilidad de la política, aunque sea otra política diferente a la actual.